En una época en el que el aislamiento y las dificultades para encontrar vivienda asequible son comunes, una tendencia ha ganado terreno: el cohousing o “covivienda”, una forma de vivir que atrae a quienes buscan una comunidad, apoyo social y un enfoque más colaborativo en la vida cotidiana.
El cohousing es una forma de vivienda colaborativa en la que un grupo de personas decide vivir en una comunidad diseñada específicamente para fomentar la interacción, la colaboración y el apoyo mutuo.
En una comunidad de cohousing, cada familia o individuo tiene su propia vivienda privada, generalmente un departamento o casa, pero también comparten áreas comunes como cocinas, comedores, jardines y salas de estar.
Además de compartir áreas comunes, esas personas participan activamente en la gestión y el mantenimiento de su comunidad. La idea central es fomentar la colaboración, la interacción y el apoyo mutuo entre los residentes.
LAS VENTAJAS DEL COHOUSING
Comunidad y sentido de pertenencia: Una de las principales ventajas del cohousing es la creación de una comunidad sólida y un sentido de pertenencia. Los residentes comparten comidas, actividades y responsabilidades, lo que fomenta relaciones sólidas y un apoyo social significativo. Además, los integrantes del cohousing a menudo se cuidan mutuamente, lo que es especialmente beneficioso para personas mayores o aquellos que buscan un entorno de apoyo.
Ahorro en costos de vivienda: Compartir costos como la compra de alimentos o el pago de facturas de servicios ayuda a disminuir el estrés financiero. Al compartir gastos comunes, como los servicios de agua y energía y el mantenimiento de la vivienda, los espacios recreativos y los jardines, disminuirán significativamente los costos de vivienda para cada persona.
Combate el aislamiento: El cohousing puede ayudar a combatir la soledad, un problema que afecta a muchas personas en la sociedad moderna. La presencia constante de la comunidad y la posibilidad de compartir actividades y conversaciones proporcionan una mayor conexión social. La interacción continua con otras personas mejora la calidad de vida.
Seguridad y vigilancia: La presencia constante de miembros de la comunidad puede proporcionar un mayor sentido de seguridad, ya que hay vecinos dispuestos a prestar atención y ayudar en caso de necesidad.
Cuidado de niños y adultos mayores: Las comunidades de cohousing pueden organizarse para facilitar el cuidado de niños o adultos mayores a través de la colaboración entre residentes, lo que alivia la carga individual de las familias.
Eventos y actividades: Las comunidades de cohousing también pueden organizar actividades regulares, como clases, talleres y eventos sociales, lo que fomenta la interacción y la vida comunitaria.
LAS DESVENTAJAS DEL COHOUSING
Necesidad de cooperación constante: Esta modalidad de vivienda requiere un alto grado de cooperación entre los miembros de la comunidad. Las decisiones importantes, como la administración de las áreas comunes o la selección de nuevos miembros, a menudo se toman de manera conjunta, lo que puede llevar a debates y conflictos.
Pérdida de privacidad: Aunque cada hogar tiene su propio espacio privado, la vida en comunidad generalmente significa una pérdida de privacidad en comparación con vivir en una vivienda unifamiliar, ya que los residentes comparten áreas comunes y, a veces, incluso espacios más privados.
Dificultades para elegir residentes: La selección de nuevos miembros para la comunidad puede ser complicada y llevar a desafíos en la aceptación de nuevos residentes. Además, es posible que la rotación de habitantes del cohousing afecte la dinámica de la comunidad.
Exigencia de compromiso: Vivir en una comunidad de cohousing implica un compromiso constante para mantener las instalaciones comunes, participar en actividades y contribuir al funcionamiento de la comunidad, lo que requiere tiempo y esfuerzo.
Diferencias entre residentes: Las diferencias de personalidad, estilo de vida y expectativas pueden llevar a conflictos en la comunidad. Lo que funciona para unos puede no ser adecuado para otros. A medida que la comunidad crece y evoluciona, las dinámicas pueden cambiar, afectando la calidad de vida y la satisfacción de los residentes.
Limitaciones en la propiedad individual: La propiedad individual en una comunidad de cohousing a menudo se limita a la vivienda privada, mientras que las áreas comunes son de propiedad colectiva. Esto puede ser una desventaja para aquellos que desean tener un mayor control sobre su propiedad.
Responsabilidades compartidas: La comunidad comparte la responsabilidad de mantener y administrar las áreas comunes, lo que puede ser un desafío si no todos los miembros participan de manera equitativa.
Más allá de ser un modelo de vivienda, es también una forma de vida: en lugar de vivir en aislamiento, las personas que eligen el cohousing se unen para compartir espacios, recursos y responsabilidades. Sin embargo, también representa desafíos que deben ser considerados antes de decidirse por este estilo de vida.